LOS ÁNGELES EN LA OBRA DE WIM WENDERS

Como referente la antigua Europa en la película de Wim Wenders El cielo sobre Berlín (1987), ya desde el principio de la película existe una relación con la “Cuarta Elegía” de Rainer Maria Rilke en sus famosas Elegías de Duino, donde impone la infancia como etapa de la felicidad.
Como gran metáfora la división de Alemania con el famoso muro de Berlín, muro que separa el Este y el Oeste de la ciudad, este muro es reflejo de los seres que habitan en la ciudad, cerrados, impenetrables, que viven su mundo sin que nadie pueda sacarles de su ostracismo vital.
Hay muchos tiempos muertos, de espera, donde el hombre sabe que su vida está llena de rutina y de desidia. Al lado de ese mundo de hombres que nada pueden hacer para salvarse de su destino, están los ángeles, los cuales son capaces de reunificar con la mirada la Alemania que separa el muro.
El ángel (papel que interpreta Bruno Ganz) se lanza sobre las historias de la gente desesperada que habita en Berlín, pero es un ser que sufre porque no puede aprehender las pequeñas cosas, son seres que no sienten el dolor de los seres humanos: volver a casa, descalzarse, dar de comer al gato, tener fiebre, mancharse los dedos de tinta, etc.
Son seres que no pueden acariciar objetos, abrazar a otro ser, como en el momento en que no puede estrechar la mano de Peter Falk, que interpreta a uno de los habitantes desgraciados de la ciudad.
Por ello, Daniel, el ángel que interpreta Bruno Ganz con maestría y extraordinaria expresividad, decide hacerse cuerpo, compartir con los seres humanos una historia, pertenecer a alguna parte y vivir una verdadera vida. Este ángel quiere unir el desgarro que hay entre mente y cuerpo, cohesionar ambos estados, para poder vivir una verdadera realidad, para sentir lo que experimentan los seres humanos.
El muro que rodea la ciudad y la divide es una escisión también entre el cuerpo y la palabra, el lenguaje ha muerto en una ciudad que vive su derrota, su dictadura, su oprobio tras la Segunda Guerra Mundial, Wenders expresa a través de sus actores esa desidia, la culpa de vivir en un castigo perpetuo.

También los ángeles representan el cine, que abre una puerta, para Wenders, a la libertad, en un mundo oprimido, el cine representa la libertad de expresión, el poder manifestar un espacio de democracia frente al dolor que representa el castigo tras la guerra.
Los espacios como el circo, la biblioteca, están presentes, el circo representa la infancia, donde todo puede volver a ocurrir, la biblioteca el saber donde los ángeles quieren entender el mundo de los hombres, su afán por la lectura y por conocer el mundo.
De entre las historias que aparecen en la película cabe destacar la de Marion, esa mujer que busca la felicidad, no hay que olvidar la escena del espejo, donde el ángel Daniel se posa frente a ella, mientras la joven se mira, hay una unión de cuerpo y alma, la mirada de la trapecista se encuentra sin que se dé cuenta con la del ángel, que traspasa sus pensamientos, llega al interior de sí misma.
Hay un paso del blanco y negro al color, cuando Daniel observa desde lo alto, en un ligero picado, a la trapecista, llega entonces el color, porque vive en la película tonalidades tristes y alegres, sombras y luces continuas, que van completando la soledad de los protagonistas.
En la escena en que Marion se desnuda en la roulotte, mientras el ángel la mira e intenta acariciar su hombro, para materializarse, porque Daniel quiere ser carne, amar a la otra persona, acercarse al otro cuerpo y poder disfrutar como el ser humano del amor, pero algo lo impide, falta su corporeidad, algo frustra el intento de acercamiento amoroso.
Pierde el ángel la posibilidad de atravesar los objetos y los espacios, se está materializando como un ser humano, casi es atropellado, una valla le impide el rodaje al set donde protagoniza una escena Peter Kalk, aquel inolvidable detective, que también hizo cine con Cassavettes.
Al final, esa materialización se cumple y el ángel ya es un ser humano, se encuentra, ya visible para ella, con Marion en el bar. De un plano de conjunto de ambos en el bar a un plano medio por un travelling hacia adelante a los primeros planos frontales de ambos. Del tiempo eterno del ángel en su mirada hacia la ciudad a ese tiempo estático del ángel transformado en humano de su encuentro con Marion, clara metáfora de una nueva época para Europa, que ha de romper el muro y empezar una nueva vida.

Para Wenders el cine alemán ya no puede olvidarse del ser humano, porque en la metáfora del ángel se cumple la implicación de los seres que viven en la ciudad que han de ser libres, amarse sin miedo y hablar sin la sensación de hallarse ante una dictadura de la palabra.
La película triunfa así sobre un cine que no podía expresar la libertad, Wenders reivindica un nuevo cine, que pueda contar aquello que permanecía prohibido, liberar así de la culpa a los alemanes por su responsabilidad en la Segunda Guerra Mundial y su adhesión al nazismo.
En la Biblioteca, al principio de la película, un lector lee un libro sobre la acuarela de Paul Klee pintó en 1920 “Angelus Novus”, donde el ángel aparece desgarrado ante la torsión de sus alas, es un ángel del pasado que vive entre las ruinas del pasado y el miedo al futuro, a lo largo de la película, Wenders rompe esa imagen de Klee, ahora es un ángel en el que vive la esperanza, como la Europa que se abre tras la caída del Muro, todavía presentida en la cinta pero que se hará realidad dos años después, en definitiva, una gran película y un documento que será premonitorio de una nueva Europa.

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