El Padre

Título Original: The Father
Dirección: Florian Zeller
Guión: Florian Zeller y Christopher Hampton. Basada en “El Padre” de Florian Zeller
Música: Ludovico Einaudi
Intérpretes: Anthony Hopkins: Anthony. Olivia Colman: Anne. Rufus Sewell: Paul. Imogen Poots: Laura. Olivia Williams: Enfermera. Mark Gatiss: Enfermero
País, Año: Reino Unido/Francia, 2020
Duración: 97 minutos

Por Adriana Schmorak Leijnse


“El Padre” una película británica, adaptación de la obra de teatro Le Père, dirigida por Florian Zeller con Anthony Hopkins y Olivia Colman en los papeles protagónicos. de 2020. Obtuvo un gran recibimiento tras su première mundial en el Festival de Sundance 2020.
Obtuvo seis nominaciones a los premios Oscar, de los cuales ganó dos: “Mejor Actor” para Anthony Hopkins y Mejor Guión Adaptado para Christopher Hampton y Florian Zeller

Sinopsis
El personaje principal es Anthony, un hombre de casi 83 años. Vive solo en su apartamento de Londres y rechaza todas las auxiliares de enfermería que su hija mayor, Anne, intenta asignarle. Pero Anne lo entiende como una necesidad ineludible porque ya no podrá visitarlo todos los días. Ha decidido irse a vivir a París con Paul, un hombre que acaba de conocer.
Entonces, ¿Quién es este extraño con el que Anthony se encuentra en su sala y que afirma haber estado casado con Anne durante más de diez años? ¿Y por qué dice con convicción que están en su propio hogar y no en el de Anthony?
Algo se está tramando a su alrededor, como si el mundo hubiera dejado de regirse por la lógica. A menos que su hija y su nuevo compañero estén tratando de hacerlo pasar por loco, con el fin de quedarse con su apartamento e internarlo en un asilo de ancianos.
“El Padre” relata el doloroso recorrido de un hombre cuya realidad poco a poco se hace añicos ante nuestros ojos.

Estructura Narrativa
Al inicio del filme, la hija mayor, Anne, llega al geriátrico corriendo, como si se tratara de una emergencia. Cuando abre la puerta, el director Zeller introduce un falso raccord de tiempo y espacio: Anne, en lugar de aparecer en el cuarto del geriátrico, ingresa con bolsas de compras dentro del apartamento de Anthony, su padre, en una época muy anterior. También hay un flash-back, ya que lo que sucede a continuación es, probablemente, un recuerdo de Anthony.
Pero hay más: durante la escena de apertura, mientras Anne camina por la calle, se escuchan los icónicos acordes de “What Power Art Thow” de la ópera King Arthur de Purcell. La melodía fue modificada y modernizada por Enrico Inaudi, para darle más dramatismo y tensión a la trama. Lo interesante es que el filme abre con dicha ópera como música incidental, y de repente, Anthony aprieta “stop” y se quita los auriculares. Allí nos damos cuenta de que estaba escuchando una grabación: “En general, el sonido diegético es el que perciben los personajes; y el sonido no diegético es el que no se perciben. Sin embargo, según Chion, existe el sonido diegético subjetivo que corresponde a lo que los personajes imaginan y oyen en su interior, es la voz interior. Debemos entender que, aunque no es percibido por el resto de los personajes, sí lo es por el personaje que piensa, imagina o escucha”(1). Resumiendo: al comenzar el film la música incidental extra-diegética, es decir, que no pertenece a la trama pero le da un tono dramático, se transforma de golpe en música diegética (pues forma parte de la trama), sonido in (porque la fuente, el reproductor de música, está dentro del encuadre fílmico) y a su vez es sonido subjetivo porque sólo Anthony lo escucha.
Mediante el recurso del falso raccord y del sonido diegético subjetivo, Zeller establece un tipo de relato enmarcado que abre con Anne llegando al hospicio y cierra con el mismo personaje abandonándolo. Y todo lo que queda en medio ocurre dentro de la mente de Anthony. Casi todo el filme son cámaras subjetivas, que nos permiten percibir el mundo tal como Anthony lo hace, confundiendo rostros, lugares, nombres; soñando y recordando acontecimientos que no sabemos hasta qué punto realmente se llevaron a cabo. Su desorientación temporo-espacial deviene en la nuestra, así como su amnesia.
Podríamos decir que la estructura general del relato es circular, pues comienza y termina en el mismo punto, o casi, ya que la última escena muestra la ventana del hospicio a través de la cual las hojas de los árboles se mecen al viento. El sol, el viento y la vegetación son los únicos que permanecen en cuadro. Todo lo material y los vínculos sociales han desaparecido. Este es el verdadero epílogo. No solo el futuro de Anthony, sino el porvenir de la humanidad está en el regreso a la naturaleza, un retorno a su niñez como especie.
La utilización frecuente de flash-backs, flash forwards y falsos raccords temporales y espaciales hacen de “El Padre” una película de difícil lectura. Florian Zeller utiliza estos recursos para mostrar el horror que vive un enfermo de demencia senil, una dolencia similar al Alzheimer, aunque más agresiva y de progresión más rápida.
Intentar comprender lógicamente este filme es igual a reconstruir un rompecabezas o intentar hallar una lógica plausible en el caos de un sueño. Al intentar reconstruir la historia en una secuencia lógica, obtenemos un resultado similar a este: Anthony vivía en Londres en un apartamento enorme que compró con su trabajo de ingeniero. Un mal día su hija menor Lucy sufre un accidente y muere. No queda claro si Anthony estaba en el accidente y logró sobrevivir, o simplemente visita a Lucy al hospital momentos antes de ella expirar. ¿Por qué Anthony recuerda estar con la bata del hospital, mientras observa a su hija Lucy en terapia intensiva? Pareciera que él habría estado también hospitalizado después de aquel fatal accidente.
De todas maneras, queda claro que, a partir del accidente y del impacto que supone la pérdida de la hija menor, su favorita, Anthony queda afectado de estrés postraumático, uno de cuyos síntomas es la amnesia anterógrada. Es decir que recuerda acontecimientos del pasado lejano, anteriores al accidente, como el año, el día y la hora de su nacimiento, pero no recuerda asuntos triviales de la vida cotidiana que ocurrieron, por ejemplo, la semana anterior. Con el pasar de los años, se desató en él otra enfermedad más grave aún que alcanza a un número creciente de ancianos en el mundo, la demencia senil (ver más abajo el ítem: “el estrés postraumático y la demencia senil”).
Por su parte, Anne, estuvo casada 10 años con James en un apartamento mucho menor al de su padre, al ser éste diagnosticado con demencia senil, Anne decide llevarlo a vivir con ella, lo que desata el divorcio de la pareja. La vida continúa de la misma forma, hasta que Anne conoce a Paul, un francés que quiere casarse con ella y llevarla a vivir a París. La relación entre suegro y yerno es extremadamente tirante y, finalmente, la hija decide llevar al padre a un hospicio y partir de Londres para mudarse a París con su nueva pareja.

Pérdida de objetos materiales y de coordenadas temporo-espaciales
El apartamento de Anthony es enorme, el apartamento de Anne, en cambio, es mucho más pequeño, el cuarto de Anthony en el geriátrico es diminuto. Hay una pérdida de espacio, pérdida de bienes materiales, pérdida de memoria, hay una degradación progresiva en todos los aspectos de la vida humana.
También hay una especie de retroceso hacia la infancia. En el geriátrico Anthony dice que quiere ver a su mamá en lugar de “quiero ver a mi hija”. De alguna manera se vuelve un niño otra vez, porque así es el ciclo de la vida, la infancia, la juventud, la adultez y la vejez. Durante la vejez se vuelve a la infancia de alguna manera, justo antes de la muerte.
La especie humana va a cumplir el mismo ciclo que la persona individual. Zeller parece decirnos que somos seres naturales a pesar de todo el proceso civilizatorio, que finalmente no es más que una máscara de lo que queda atrás reprimido. la civilización ha tendido a suprimir, sin éxito todo lo que el ser humano heredó de las especies animales.
En este sentido me recuerda a Ingmar Bergman cuando revelaba en filmes como “Persona”, que lo que mostramos al mundo es precisamente eso, la persona, la máscara del teatro griego que escondía en los actores sus verdaderos rostros. Por debajo de la “persona” bulle todo un mundo interior desconocido, que apenas logra aflorar y, cuando lo hace, actúa con toda la violencia de lo reprimido. De ahí que la última toma muestre las hojas de los árboles, el sol, el viento y la vegetación. Todo lo material y lo social desaparecen.
La perdida y búsqueda del reloj, recurrente en el filme, tiene que ver con la pérdida de la noción del tiempo como parámetro reasegurador, la necesidad humana de pensarse en una coordenada temporo-espacial es puesta en transe por la película contantemente. Cerca de la muerte la noción de tiempo y espacio convencionales se va perdiendo lenta pero implacablemente.
Anne vende todos los objetos del padre, incluso la pintura de su hermana Lucy, de la cual Anthony estaba tan orgulloso. Hay un poco de envidia y celos en esa relación de hermanas-padres. Pero Anthony también era cruel con su hija, ironizaba sobre sus defectos y la comparaba con la menor, su favorita. Con el tiempo, cada vez más se va convirtiendo en hijo de Anne en lugar de padre. Cada vez se vuelve más vulnerable mientras que la madre apenas es mencionada. Solo se dice que los padres estaban divorciados y Anthony menciona que Anne se parece más a la madre que a sí mismo.
Como el anciano sufre de demencia, probablemente ya no tiene capacidad jurídica para administrar sus bienes. La hija y los yernos se convierten en enfermeros y padres de sus padres y suegros. Y esto está planteado en una forma universal. A pesar de que Paul no siente ningún afecto por su suegro, es cruel y golpea a Anthony (de la misma forma que algunos padres castigan a sus hijos), Anne lo consuela como si fuera su madre. Su papel de hija se convierte en papel de madre y enfermera.

Interpretación del relato a partir de los nombres y su simbología
Hay una foto enmarcada en el cuarto de la casa donde aparecen Anne y Lucy, con su padre. Anne es la misma actriz que hace de la enfermera Katherine y Lucy es la misma actriz que hace de la enfermera Laura.
En “Escenas de la vida conyugal”, Ingmar Bergman muestra que en el matrimonio burgués la convivencia rutinaria mata al amor, y con el tiempo, la mujer acaba cumpliendo un rol de enfermera o sirvienta de su marido. Al mejor estilo Bergman, Florian Zeller sugiere que los hijos se transforman con el tiempo en enfermeros de sus padres. Es una afirmación universal, así como la simbología de los nombres utilizados para sus personajes.

Los mismos actores interpretan diferentes roles. Y no por un acaso. Lucy (hija menor fallecida en un accidente) = Laura (enfermera)
Anthony (el padre, coincide con el nombre del actor, Anthony Hopkins, quien encarna al personaje)
Anne (hija mayor de joven, como aparece en la foto) = Angela (enfermera) = Katherine (enfermera)

Según los diccionarios de nombres, Lucy proviene de la voz latina lux = luz. “Identificada tradicionalmente con el espíritu (...) la luz es la manifestación de la moralidad, de la intelectualidad y de las siete virtudes” pero también es identificada con Lucifer (portador de luz), el ángel más hermoso de todos, que intentó rebelarse contra la autoridad de Dios, y por ello fue arrojado fuera del cielo. Para la tradición judeocristiana representa al ángel caído (Isaías 14:12). Para la tradición grecorromana, Lucifer estaba asociado al lucero del alba, al planeta Venus, símbolo de belleza e inteligencia. Lucy, la hija menor de Anthony era pintora, se dedicaba a las bellas artes y su padre se enorgullecía de ella. Pero también fue un ángel caído, especialmente en relación con su muerte prematura.
Laura, la enfermera interpretada por la misma actriz que encarna a Lucy de joven, porta un nombre que proviene del latín laurus (laurel) y laurea (corona). El laurel es la bella y perfumada planta sagrada para el dios Apolo, el dios grecorromano del Sol, de las artes, de la Música, de la cura, la Justicia y el Orden. Con sus hojas fabricaban los griegos la corona de la victoria y, en la época de las persecuciones cristianas, la corona del martirio. Para Anthony, su hija Lucy poseía esa doble dimensión, la de la victoria (en vida) y la del martirio (después de muerta). Lucy y Laura están representadas por la misma actriz, para denotar, como ya dijimos, que los hijos se convierten en enfermeros y ángeles protectores de sus padres, cuando éstos alcanzan una cierta edad.
Anne: En hebreo Hannah era madre de Samuel y esposa de Tobías: En los Evangelios apócrifos aparece como madre de la Virgen María y abuela de Jesús de Nazareth. Es el símbolo de la esposa fiel y de la madre por antonomasia. Su nombre en la película se debe a su actitud maternal y protectora hacia su padre.
Angela, la enfermera, es interpretada por la misma actriz que encarna a Anne de joven, tal como aparece en el triple retrato. El nombre proviene del griego “ángelos”, que significa mensajero o anunciador, en el sentido de alado intermediario entre la divinidad y el hombre, del que puede ser consejero o guardián. Son enviados para abordar al hombre en forma de sueños, visiones y estados meditativos. La enfermera Angela cumple el mismo rol protector hacia Anthony que su hija Anne.
Katherine es la enfermera del final de la película, cuyo rostro coincide también con el de Anne de joven. El nombre proviene de la forma griega “Aicaterina”, que a su vez se origina en “Hékate”, el rostro infernal de la Luna. Así como Lucy y Lucifer representan las dos caras, la luminosa y la sombría de la hija menor. Lo mismo ocurre con Anne y Katherine (o Catalina, en español).
Entre Anne y Lucy había celos de hermanas. Estos celos se traslucen en las expresiones faciales de Anne cada vez que su padre recuerda a la hermana muerta. No todo en Anne es amor y protección, por momentos su parte sombría, su “Hékate” también hace su aparición. Ella no le dice toda la verdad al padre, con frecuencia hay mentiras y ocultaciones, una venganza por celos. Por ejemplo: si bien es Paul quien maltrata físicamente Anthony, mientras que Anne es quien lo consuela, no sabemos hasta qué punto ella está al tanto estos maltratos y permite que acontezcan como una forma de venganza por las humillaciones recibidas en su juventud.
En la película queda muy claro que Anthony es un hombre en decadencia durante su vejez, pero que en su edad madura hacía alarde de un carácter fuerte y dominante. Anne, como ejemplo de su rencor, vende el cuadro de su hermana, a pesar del sentimiento de apego que su padre sentía por ese cuadro y siendo lo único que le quedaba de su hija muerta.
Anthony: El nombre deriva probablemente del etrusco Antenius o Antilius y estos, a su vez originaron el nombre latín Antonius. Entre las personas célebres que portaron este nombre, cabe citar a Marco Antonio, el triunviro amante de la reina Cleopatra de Egipto, que se quitó la vida al verse derrotado por Octavio Augusto durante la última guerra civil romana. Y San Antonio Abad o San Antonio Magno, nacido en el Alto Egipto en el siglo III, quien vendió los bienes que había recibido como herencia de sus padres para distribuirlos entre los pobres, y pasó treinta años de su vida como eremita en el desierto antes de fundar un monasterio. Además, el nombre del personaje coincide con el nombre del actor que lo interpreta, haciendo aún más universal el mensaje y confundiendo así ficción y realidad
Anthony deja de ser el general Marco Antonio en la cima de su carrera, de su juventud y su poder, para terminar despojado de sus bienes materiales, como el eremita San Antonio Abad.
La enfermera Angela, Anthony y Anne, están asimismo vinculados por la similitud de las primeras dos letras, formando un trío. El divorcio de Anne y James es una repetición del divorcio de Anthony y su esposa. Hay una identificación entre Anthony y Anne a pesar de que el padre asegura que Anne se parece más a la madre, un poco despectivamente.

Lectura política de “El Padre”
Anthony representa a la Gran Bretaña desde el Imperio Inglés. Cuando él nació todavía existía el imperio británico, pero los ciclos históricos funcionan igual que los ciclos de vida: nacimiento, apogeo y decadencia. Anthony quedó atado a las glorias del pasado, pero una doctora india, la Dra Sarai, le dice a Anne que la condición del padre irá empeorando muy rápido. No es casual que la doctora, la que cura, tenga precisamente orígenes en un país que ha sido otrora colonia del imperio británico.
Las cosas cambian y evolucionan con el paso del tiempo. Hoy estamos en la cima y mañana tal vez entremos en un proceso natural de decadencia. Anne se casa con un francés, Paul, lo cual también es una forma de rebelión contra un paternalismo decadente que obliga a la mujer a quedarse en casa al cuidado de los padres. Es sabido que los ingleses y franceses son enemigos históricos. En cierta forma, ese matrimonio y el irse a vivir a París, forman parte de la revancha de Anne, una forma de pagarle al padre con su misma moneda.
Por su lado, Paul se destaca por su falta completa de compasión y empatía con el suegro. No hay amor en ese vínculo. Él lo ve solo como un problema, no ve su lado valioso, su lado humano, su lado luminoso, que también existe. La película nos muestras los claroscuros de ambos.
Yendo más lejos. Anthony representa la civilización occidental en decadencia. Y los nombres judeocristianos no escapan a esta lógica. Toda la civilización construida por los griegos y romanos, representada en Marco Antonio se encuentra en decadencia, y en cambio vamos hacia una sociedad de renuncia de la materialidad, simbolizado por otro Antonio, el ermitaño.

La Función de la Música en “El Padre”
Como dijimos anteriormente, mientras Anne camina por la calle en las tomas iniciales, se escucha “What Power Art Thou” del “King Arthur” de Purcell. La letra dice: “Qué poder eres tú, que desde abajo me has hecho levantarme sin quererlo y lentamente, de camas hechas de nieve eterna?”
La letra parece dicha por Anthony a Anne, refiriéndose a ella como una diosa que lo hace levantarse de un largo letargo.
Más tarde vemos a Anthony en la cocina. Enciende una radio que toca “Casta Diva” de “Norma” de Bellini, en una grabación de Maria Callas. “...Templa, oh diosa, el endurecimiento de tu ardiente espíritu. Modera tu audaz celo, esparce paz por toda la tierra. Tú haces reinar en el cielo...”
La voz soprano suplica a un poder fuera de su control, un poder invisible pero que ella espera conocer y espera que intervenga a favor de la paz en la tierra.
Más adelante volvemos a ver a Anthony escuchando el aria de Nadir: “Je crois entendre encore” (“Creo que lo oigo otra vez”) de la ópera “Los pescadores de perlas” de Georges Bizet. El aria de Nadir habla de un “rapto divino” y un “dulce recuerdo” que es casi inalcanzable, intocable para el hombre solitario. Cada vez hay algo que interrumpe la música. Así como el relato se entrecorta cada vez, lo mismo sucede con la música.
Las arias son, en cierto modo, el subconsciente de Anthony hablándonos. No es casual que él sea el único que las escucha, y cada uno es una súplica a poderes superiores por algún alivio, dádiva o salvación. Todos ellos comparten una cualidad suplicante y melancólica.
Cada fragmento musical parece recordarle que carece de poder y son en realidad poderes superiores los que rigen su vida. Pero la música se ve interrumpida cada vez, en parte porque él no quiere escucharla, no quiere saber que él no es omnipotente. Por eso las arias que él escucha expresan su impotencia por la demencia estar progresivamente tomando su mente.
“Los pescadores de perlas” trata sobre un trío romántico en el que, al final, el patriarca de más edad, dominando sus propios celos, sacrifica su vida para salvar el amor de la pareja joven. El tema de la ópera está en el filme por alguna razón. El mundo moderno se salva en detrimento de un mundo antiguo y caduco.
Al final de la película, podemos escuchar el aria de Nadir de “Los pescadores de perlas” sin interrupción, mientras vemos a Anne salir del asilo. No hay interrupción en la música porque tampoco la hay en la narración. Todo se aclara y cierra para el espectador.   El estrés postraumático y la demencia senil (apartado)
Según la Organización Mundial de la Salud, “la demencia es un término general que engloba varias enfermedades que afectan a la memoria, a otras capacidades cognitivas y al comportamiento, padecimientos que interfieren significativamente con la capacidad de una persona para mantener sus actividades diarias. Aunque la edad es el factor de riesgo más fuerte conocido para la demencia, no es una parte normal del envejecimiento”.
“En todo el mundo, alrededor de 50 millones de personas sufren de demencia, y hay casi 10 millones de nuevos casos cada año. La demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores de todo el mundo”. “A menudo hay una falta de conciencia y comprensión de la demencia, lo que resulta en estigmatización y barreras para el diagnóstico y la atención. El impacto de la demencia en el personal de salud, la familia y la sociedad en general puede ser físico, psicológico, social y económico”.
Por su parte, la Universidad de Londres publicó un nuevo estudio en septiembre de 2020, donde asegura que “experimentar síndrome de estrés postraumático (SEPT) aumenta hasta el doble la probabilidad de desarrollar eventualmente demencia”. La investigación, publicada en el British Journal of Psychiatry es el primer metaanálisis de evidencia global sobre el SEPT y el riesgo de demencia.
Al combinar loa datos de ocho estudios, los investigadores encontraron que las personas con síndrome de estrés postraumático enfrentan un riesgo 61% mayor de demencia. El síndrome de estrés postraumático también aumenta la probabilidad de desarrollar otros factores de riesgo conocidos de demencia, como depresión, aislamiento social o consumo elevado de alcohol.
Cabe recordar que el trastorno de estrés postraumático (TEPT) es una afección de salud mental que algunas personas desarrollan tras experimentar o ver algún evento traumático. Este evento puede poner en peligro la vida, como la guerra, un desastre natural, un accidente automovilístico o una agresión sexual. La muerte repentina e inesperada de un ser querido también puede causar TEPT.
 
Notas
-1 Sonido diegético - Decorados Moya  

BIBLIOGRAFÍA:
Tuan, Laura. Qué nombre ponerle a su futuro bebé. La historia y la influencia del nombre sobre la personalidad. Editorial Vecchi. Barcelona, 1999
Le Bras, Florence. La bible des prénoms. Marabout. Paris, 2002.
Betterdorff, María Elsa y Prestigiacomo, María Raquel. La Ventana Discreta. Atuel. Buenos Aires, 1977
Sonido Diegético. Decorados Moya
Lady Beverly Cohn: The Road to Hollywood. Traveling Boy. Marzo, 2021 Sir Anthony Hopkins' Astonishing Performance in “The Father” (travelingboy.com)
FUNCIONES DE LA MUSICA EN EL CONTEXTO AUDIOVISUAL (ommalaga.com). El análisis de la música cinematográfica como modelo para la propia creación musical en el entorno audiovisual: Gonzalo Díaz Yerro. Doctorado. Las Palmas. Junio 2011
El síndrome de estrés postraumático puede duplicar el riesgo de demencia - El médico interactivo (elmedicointeractivo.com
Dementia (who.int) World Health Organization.
Trastorno de estrés postraumático | TEPT | MedlinePlus en español         

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